Durante la noche del 29 y madrugada del 30 de noviembre, solamente se reportaron dos incidentes, el primero de ellos ocurrió al filo de la media noche, cuando un marino drogado con thiner se acercó al campamento, al principio lo tomamos por un vago pues nada, excepto su corte de cabello, delataba su condición castrense, sin embargo, de pronto sacó de su mochila una chaqueta de marinero, al notar nuestras miradas inquietas, la volvió a guardar, saco una Biblia y de pronto dejó todo en el piso y se caminó hacia la plancha del Zócalo donde permaneció por espacio de 15 minutos. Después de este tiempo, un par de policías capitalinos lo acompaño de regreso a donde había dejado sus cosas, y se alejaron con él unos metros del campamento, pero alcancé a escuchar cuando uno de los policías le decía: ¡AH! ENTONCES ERES DE LA MARINA, después de un cinco minutos los policías lo dejaron y se alejaron de la zona, así es que el marinero regresó a las inmediaciones de nuestro campamento, se sentó en el piso, se levantó y cuando vio que una de las sillas que colocamos alrededor del anafre quedó vacía, intentó sentarse, fue entonces cuando me acerque a él y le dije que no podía estar en el campamento que había reglas, y que una de ellas era no acudir en drogado o en estado de ebriedad, el marino inmediatamente arrojó al suelo su “mona” y me dijo que quería hacer guardia en al campamento, le volví a repetir que su estado era inconveniente y que además ya teníamos organizadas la guardias de esa noche, entonces me dijo que era representante de la UPREZ, evidentemente no le creí, pero seguí su juego, y le dije que aunque fuera representante de una organización social, no podía permanecer en el campamento debido a que se encontraba drogado, y que era mejor que en buena onda se retirara, por fortuna esta vez me hizo caso y se alejó con rumbo a la catedral.
El otro incidente curioso, fue cuando avistamos un carro que se metió a la plancha del Zócalo, desde lejos vimos que descendió 1 sujeto y se fue a reunir con otros –unos veinte aproximadamente- que se encontraban en el asta bandera; decidimos acercarnos, y a una distancia prudente vimos como se tomaban de las manos estos sujetos y formaban un círculo alrededor del asta, de pronto se pusieron a rezar por espacio de 5 minutos, después deshicieron el círculo y permanecieron en el Zócalo durante tiempo indefinido.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario